¿Quién no ha escuchado que la mejor manera para prevenir las ampollas al correr es utilizar vaselina? Es una recomendación que, sin importar si llevamos muchos kilómetros recorridos o vayamos a iniciar con nuestros primeros, nunca falta entre los amantes de este deporte.
Desde que empecé a correr he tenido la dicha de no sufrir de ampollas, desde mis primeros 6km hasta cuando he hecho 100km nunca he tenido la molestia de terminar con una ampolla reventada, por lo tanto nunca me he visto en la necesidad de usar vaselina. Sin embargo, en mis inicios, el temor de pasar por la incómoda situación de correr con pies ampollados estuvo siempre presente.
Tenía un año más o menos de estar corriendo, hasta ese momento nunca había tenido que lidiar con las famosas ampollas y tampoco me había preocupado por eso. Sin embargo, el día llegó, me levanté de madrugada para ir a “conejear” a una amiga en una media maratón; no era mi carrera pero siempre el ponerse las tennis y salir a una carrera genera ansiedades. Ese día la ansiedad que me llegó fue el de la posibilidad de una ampolla en el pie y no poder ayudar a mi amiga como le había prometido.
A las 4:00am decidí que había llegado el día de usar vaselina y prevenir antes que lamentar… Como no acostumbraba a correr con mis pies envaselinados, era de esperarse que no tuviera en mi casa la tan milagrosa pomada. Fue ahí que entré en pánico, se me vinieron a la cabeza imágenes de tennis ensangrentadas de corredores que, por probablemente no haber usado vaselina, habían terminado con una ampolla reventada. Así, que en mi desesperación por evitar esa tan fatídica situación, empecé a buscar lo más parecido a la vaselina… entre todo lo que encontré, lo único que mi cabeza consideró como una opción similar fue uno de estos ungüentos mentolados para calentar los músculos. Claro, en mi cabeza, al tener una consistencia similar asumí que su funcionalidad iba a ser muy parecida también.
La sorpresa que me llevé a los pocos kilómetros cuando mis medias estaban siendo tragadas por las tennis y la HORRIBLE REALIDAD de una ampolla se volvió real. Cada cierta cantidad metros tenía que adelantar a mi amiga, sentarme en donde encontrara espacio para acomodarme las medias. Al llevar 10km en esa jugadera, tomé la decisión de quitarme las medias y jugarme el chance de ser de las corredoras con ampollas reventadas. Logré cumplir con mi amiga, terminé con ella su media maratón y sin ninguna ampolla.
En este momento entendí que hay ciertos consejos para principiantes que sí son reglas de oro y otros que son tan subjetivos como las experiencias de cada uno de nosotros en nuestras carreras, para mí existe una única regla de oro que aplica a todos:
1. NO SE PRUEBA NADA EN UNA CARRERA – para probar se usan los entrenos.
a. NO PORQUE A TODOS LES SIRVA ALGO A MÍ ME VA A SERVIR – y por lo tanto vuelvo a la regla de oro uno.
b. LA CREATIVIDAD A LAS 4:00AM no siempre es la mejor aliada.
Les comparto esta anécdota porque no siempre nos animamos a contar cosas así, contamos sobre nuestra carrera perfecta, nuestra meta cumplida, nuestro esfuerzo y perseverancia que dan frutos, sin embargo en todo eso que contamos hay más de un desacierto, un “fallo”, un “ups” que son parte del proceso y que nos hace aprender y crecer más de lo que los momentos perfectos nos hacen.
Por: Amanda Segovia.